Franceces en el Oeste I

por Rolando Goyaud


En el Río de la Plata desde el siglo XVI


Desde 1536, navegantes, religiosos, aventureros, mercaderes de esclavos y hombres de ciencia franceses aparecieron en el Río de la Plata . En 1605, un corsario con 40 hombres atacó Buenos Aires. En 1658, Timoleon de Osmart con tres naves, murió en el intento. Massiac trajo setecientos esclavos confiscados por el virreinato (1660-62). La Real Compañía Francesa de Guinea introdujo tres mil quinientos esclavos (1701-11). El botánico Peullé en 1709 clasificó especies vegetales autóctonas. El astrónomo y matemático jesuita Chrome llegó en 1727. En 1764, Bouganville (1720-1811) instaló una colonia francesa en Malvinas, la que entregó a España en 1766. En 1771 llegaron los cocineros Ricoma, Duré, Botet, Aignasse y Héricourt, quien además, fue músico de la Catedral de Buenos Aires. En 1780 llegó el médico Dombey, primer investigador arqueológico en el Río de la Plata. En 1795 autoridades españolas de Buenos Aires denunciaron una conspiración de franceses e italianos para difundir ideas revolucionarias. En 1796 se estableció la Logia Francesa. En 1797 llegaron Duval, Baudrix, Perichón de Vandeuil y su esposa Jeanne dedicados al comercio. En 1804 Proyet fue administrador de la Real Aduana de Buenos Aires


La inmigración francesa en Buenos Aires


En 1817 arribaron Antonio F. Leloir como representante de los intereses comerciales de los franceses locales, el sabio médico y botánico Aimé Goujaud, conocido como Amadeo Bonpland (1773-1858), quien trajo su biblioteca, semillas, dos mil plantas, seiscientos sauces, vid, naranjos y limoneros, y Louis Vernet, primer gobernador de las Islas Malvinas (1829). En 1826 llegó el coronel Brandsen, luchó con San Martín y murió en 1826 en la Batalla de Ituzaingó, y el coronel Trolé, participó de la guerra con Brasil. En la década de 1820 inversionistas como Vernet, Le Breton, Le Sievre, Varangot, fueron accionistas en el Banco de Descuentos creado en 1822. Entre 1880-1914 entraron capitales franceses por 600 millones de pesos oro. Eran los principales compradores de productos argentinos y segundo proveedor. Inversiones francesas: 286 millones en empréstitos públicos, 175 millones en sociedades financieras y 160 millones en compañías ferroviarias y servicios.


En el Oeste del Gran Buenos Aires


Entre 1857 y 1902 llegaron al país 167.802 inmigrantes. Muchos se radicaron en el oeste, fueron pioneros, industriales, profesionales, fundadores de pueblos, sociedades culturales y de fomento. En 1869 en Morón, constituían el 6,25% de la población. Para esa época encabezaban los italianos (625), seguían los franceses (218) y tercero los españoles (209). En 1871 en el Partido de Morón había 1232 italianos, 283 españoles y 235 franceses.


Destacados en Morón


Juan Dillon, ingeniero, hizo planos de mensura de una propiedad del Estado en jurisdicción de Morón, que luego perteneció a Hurlingham.

Langevin y Taggartt, en 1865, en Paso Morales, sobre el río Las Conchas, Partido de Morón, levantaron un molino harinero con 3 pisos, 2 turbinas hidráulicas, depósitos para trigo, casa y caballerizas. La harina era transportada por lanchas a través del río a los puertos de San Fernando y Tigre, y por carretas a Morón y San Miguel.

Adolfo Sordeaux (1819-1883), ingeniero, militar, agrimensor, gestionó construir un puente sobre Paso Morales. En la década de 1860 hizo relevamientos catastrales de Morón y se le debe el primer ferrocarril que atravesó el Cuartel IV de Morón (F.C. San Martín). Falleció en Morón el 6 de agosto de 1883.

Pedro Benoit (foto) (1836-1897) quien llegó a la Argentina en el buque La Chiffone, realizó en 1859 la traza y el plano de la Villa de Morón, con 7 casas de material y la iglesia. En 1863 a pedido de La Roche hizo los planos para el loteo de la zona céntrica de Morón, y en 1872 a pedido de Rodríguez Fragio realizó el plano del pueblo Santa Rosa, luego Ituzaingó, y realizó relevamientos catastrales. También hizo los planos de la Ciudad de La Plata y su Catedral, y en Mar del Plata dirigió la construcción de la Catedral (1905).

Carlos de Chapeaurouge, ingeniero, en 1888 realizó un nuevo plano del Partido de Morón e hizo los de Mar del Plata.

Augusto La Roche (1798-1876), radicado en Morón en 1834, construyó un molino harinero, se dedicó a la exportación de harina, donó tierras para la instalación de la estación ferroviaria y el cementerio, creó el Teatro del Pueblo e impulsó el suministro de agua potable.

“En la orilla del Río Las Conchas existían…molinos hidráulicos que aprovechaban la corriente de agua. El primero fue construido en 1854 por dos franceses, Blumenstein y La Roche”. (Raúl Scalabrini Ortiz).

Juan María Perissé (Lecusan, Francia, 1850) promovió en la Argentina una sastrería civil y militar, concretada por el general Richieri quien impuso el uniforme francés.

Juan María Perissé (h) (1895), argentino. Desde 1923 fue médico en Morón y en la Colonia Martín Rodríguez de Ituzaingó, entre 1939-40 presidente de la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos de Morón y en 1941 comisionado municipal, director del Hospital de Morón y de la Asistencia Pública

Martín Fourcade, vicepresidente de la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos, con Hourcarie fueron propietarios del Cine Morón.


Árabes en el Oeste

por Rolando Goyaud

ORIGEN
A partir de las primeras décadas del siglo XX, la inmigración árabe en la Argentina estaba fundamentalmente compuesta por sirios y libaneses, principalmente musulmanes y católicos, quienes tenían en común el idioma árabe, identificándolos como árabes parlantes. Por el censo de 1914 había 65.000 árabes libaneses y sirios en la Argentina. A principios del siglo XXI, entre los extranjeros residentes en el país, la comunidad árabe ocupaba el tercer lugar. Muchos descendientes de aquellos mercaderes ambulantes, trascendieron como empresarios e industriales, se destacaron en la cultura y en el arte y fueron notorios defensores de las tradiciones y costumbres de sus ancestros.

PIONEROS EN MORÓN DESDE 1900
Abdala Chaiej; Hassim 1946, libanés, tienda, Morón - Arya; Yaudat, libanés 1930, tienda, verdulería, Morón - Baquir; Hassan Salim, sirio, venta ambulante - Barade; Mustafá, 1926, empleado tienda, vendedor ambulante, artículos de limpieza - Baradi; Abdala, 1929, artículos de limpieza y bazar, Morón - Meree, 1929, sedería, Morón- Butros; Merchet, sirio, 1898, venta ambulante. Se casó con Genobeba Gentile - Carim, Smaia libanesa, 1946, tienda, mercería, Morón - El Haje; Taha, libanés 1950, maxikiosco, Morón – Fathalla - Zaki (sirio, 1927, tienda, bazar, Haedo) – Franchi – Wadic, libanés 1911, peluquería, pajarería, Morón - Haikel; Ali 1909, vendedor ambulante; Mohamed, 1930, tienda Morón, publicidad sonora móvil – Hautum; Yad libanés, funcionario, Haedo - Isali; Naif, sirio, 1930, venta ambulante - Labouni, Ahmed, 1935, verdulería, Morón - Mansur; Lala, libanés, kiosco de diarios, Morón –Matuk; Mario y José, sirio, 1925, tienda, Morón - Maydub; Otman, libanés, 1952, tienda, Morón – Mohamed; Norberto, 1952, tienda, Morón) – Naife; José María, libanés, inmobiliaria, Castelar - Rahmed; Bassam, sirio, panadería árabe - Rasul; Lofti, libanés, 1928, tienda, Morón - Rumie; Alberto, sirio, 1930, tienda, puntillas, Morón; Nuro, 1930, mercería, tienda, Morón; Saleh, sirio, 1935, corretaje de galletitas; Toufic, sirio, 1930, blanco y sedería “La Tentación”, Morón; Amado, 1930, tienda, Morón; Julio, 1932, tienda y construcciones; Jacinto, vidriero; Neva, Amelia y Aldo - Sabrin Alepo, Siria. Mhamad, carpintero; Ahmed, panadería, industria plástica; Aicha – Sadir; Natalio, libanés, 1961, peluquería, perfumería, Castelar; Sauma; Afife de, libanesa, 1930, almacén, Castelar - Tannous, Jorge Tansi, sirio, tienda, Castelar; Juan, feriante – Tobal, sirio, 1928, tienda, Morón.

“En las fiestas con familiares y paisanos, mi papá Natalio Sadir, asombraba con su habilidad para los bailes árabes, especialmente impresionaba con el movimiento del bastón y del sable del dabke... Sus nietos Leila y Marcos heredaron su profesionalismo, que se aprecia en el conjunto Al Haiat”. (Irma Sadir Najle).

DESTACADOS EN MORÓN
María Najle (1909-1985), de El Baruk, Líbano, hija de Pedro Najle y María Farach, y sobrina de Rayid Beik Najle, autor del Himno Nacional Libanés y de la Marcha Nacio-nal Siria. En 1924 llegó a la Argentina en el buque italiano San Roseri. Se casó en pri-meras nupcias con Nallib Mitre, quien en 1935 donó tierras para la construcción del Hospital Sirio-Libanés, y con el que tuvo a María Elena (1935). En segundas nupcias se casó con Natalio Sadir, con el que tuvo: a) Irma Olga (1942) vicepresidente de UCARAB y en 2006 presidente de la Unión Arabe Argentina del Oeste; y b) Jorge Natalio (1945).

Mahmud Ali Matuk (Mario) (14.10.1910-11.1.1971). Nació en Yabrub (Damasco), Siria. Comerciante, dirigente empresario. En 1926 se radicó en Morón. Sin hablar castellano, fue vendedor ambulante con una canasta , con la que caminaba visitando casas y quintas hasta Moreno, desde donde regresaba guiado por las torres de la iglesia. En 1928 abrió “Las Tres Estrellas”, negocio de tienda y ropería en la esquina de Belgrano y Brown, considerado el más antiguo de Morón, que le fue expropiado para construir el Palacio Municipal, por lo que se mudó a Belgrano 121, hasta 1988. Fue miembro fundador del Club 77, del Club Yabrudense de la CF, miembro de la CD de la Cámara de Comercio ACIM, miembro de la CD del Centro Islámico, fundador de instituciones de bien público, e impulsó la instalación del Cementerio Islámico. El 11.1.1971 falleció inesperadamente en Mar del Plata, donde se encontraba de vacaciones con su familia. Sus restos fueron cremados en el Cementerio Islámico de Villegas, San Justo, La Matanza.

Periodismo en Ituzaingó (1912-1985)

por Rolando Goyaud

En 1911 llegaba a través de la familia Vadell el periódico uruguayo La Reacción, que representó el surgimiento del periodismo local. El 20.de abril de aquel año publicó el fallecimiento en Ituzaingó de la niña Rosaura Vadell, informando que la noticia le fue ocultada al padre, enfermo de tifoidea. Informaba además, cómo el extranjero veía a Buenos Aires:

“la populosa y culta Buenos Aires, la primera de América del Sur y la tercera en el mundo… Todo es admirable: soberbios edificios, espléndidas avenidas, hermosas y bien atendidas plazas, ricos monumentos, ferrocarriles, tranvías eléctricos, palacios de exposiciones, importantes puertos y dársenas, grandiosas obras de salubridad, aseo en sus calles, lujo en sus bazares, carruajes y automóviles, ordenado y respetuoso servicios de guardias municipales y de seguridad, movimiento comercial e industrial. Impresiona y deja atónito encontrar un mundo superior…”

El periódico más antiguo de la zona fue El Mosquito, que en 1912 con dirección anónima desnudaba la vida pueblerina con comentarios mordaces y urticantes. Los vecinos trataban de descubrir al director con el propósito de “molerlo a patadas”.

En 1914 apareció Ituzaingó, periódico quincenal en formato grande, considerado el primer periódico local. Fue su director Adolfo Alberti (1881-1934), cuya familia se radicó en Ituzaingó en 1896. Lo imprimía en su casa y lo repartía a caballo. Estaba casado con la inglesa Josephine Colson. Con una volanta tirada por caballos, lo llevaba hasta el único hospital de Morón a los vecinos enfermos. En 1915 fue Delegado Municipal de Morón con un sueldo de $35 mensuales. El Museo de Ituzaingó reconoció su memoria con el premio Santa Rosa 1996.

“… mi padre lo imprimía en su propia máquina a pedal. Después nació La Tribuna. Yo era chico y lo veía reunirse con el periodista Raúl Goyaud en la biblioteca de la casa vieja”. (Horacio Alberti).

Desde la noticia periodística, el folleto político o la actividad literaria, en forma de tabloide o revista, en edición semanal, quincenal o mensual, el periodismo en Ituzaingó generó un vínculo de comunicación y participación entre los vecinos.

En 1930 apareció La Lechuga, hoja literaria con viñetas, de Juan Pedro Maglione (1885-1955), profesor de idioma y literatura. En su chalet en Soler tenía un cartel Villa la Lechuga. Naturalista y vegetariano, cultivaba una quinta y practicaba el nudismo.

“El profesor Maglione editaba en el pueblo el periódico La Lechuga. Era vegetariano y nudista, y así regaba la quinta lo que le trajo problemas con los vecinos. Cuando murió uno de sus dos perros, se paseaba arrastrando una sábana. Ante mi pregunta contestó: “Un pañuelo sería demasiado chico para secar las lágrimas que me produce la muerte de mi perro”. (Gertrudis Veneziani. 1997).

“…tuvo que construir una pared medianera alrededor de su casa porque sus vecinos decían que a través del cerco lo veían regar desnudo. Cuando con mi esposo visité un convento en Roma, Italia, la hermana superiora comentó que tenía un hermano profesor Maglione, que editaba un periódico y que era combatido por su forma de ‘honrar a la naturaleza’.” (Zulema García Cobián de Fernández Ceballos).

En 1932 apareció la única edición de Ituzaingó 60° Aniversario, primer trabajo de investigación histórica, con antecedentes de la fundación del pueblo desde 1754, documentación de la Dirección de Geodesia de la provincia de Buenos Aires, valiosas fotografías, entrevistas a hijos del fundador y a pioneros, rutas, edificios antiguos, tranvía a caballo, estación ferroviaria, proyectos iglesia San Judas Tadeo y Balneario Puente Márquez. El autor fue el periodista Raúl Goyaud (1896-1986). En 1906 obtuvo el primer premio de El Imparcial. Fue jefe de redacción de El Orden y en 1917, director. Luís Sandrini le estrenó Gato por liebre. Escribió siete libros. Con su hermano Rogelio fueron directores de La Tribuna y editaron la única guía telefónica del Oeste. Fue corresponsal de La Prensa, La Nación y Le Journal Français. En 1940 fue autor de la Ordenanza Municipal 866: nomenclatura de las calles de Ituzaingó y de la implementación de chapas identificatorias con el número en el centro y el nombre de la calle en la parte inferior. En 1985, a los 89 años de edad fue distinguido por la Universidad de Morón con una medalla al mérito.

En 1938, apareció la revista literaria Primicias de José Muntada (1915-1951), periodista, publicista y artista plástico, ilustró las tapas de Maribel, colaboró con Vosotras y Radiolandia. Fue miembro de la Sala de Primeros Auxilios de Ituzaingó. Murió con su esposa en un trágico accidente automovilístico. Durante cuarenta y ocho años una placa lo recordó en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia, pero en 2003 fue retirada por refacciones y no fue repuesta.

En 1946 apareció Elevación,del Sindicato de Obreros de Oficios Varios.

En 1953 apareció Clavileño del abogado Julio Merchante (n. 1929). Contó con Montero Lacasa, Coronato Paz, Martinelli Massa, Soiza Reilly, Máximo Aguirre, Hugo Wast, Alberto Podestá, Víctor Dabove, Freire y Espíndola. Merchante fue secretario general del Partido Demócrata Cristiano, vicepresidente del Bank of America y docente en las universidades de Buenos Aires, El Salvador y Belgrano.

En 1955 apareció el tabloide El Ateneo, con redacción en Sarandí 825 (Villalonga).

En 1958 apareció Ituzaingó de Agustin Camerucci (1902-1997), fundador de El Provincial y Noticiero Ituzaingó. Contó con: Jorge Galtié, Miguel Labán, Mauricio Castillo, Antonio Burgos. Impulsó la colocación de bustos de Belgrano y Rodríguez Fragio, monolito Juan XXIII, instalación de un cañón de la Marina, creación de un escudo para Ituzaingó y elevación a categoría de ciudad, creación de la Escuela Vespertina “Paula Albarracín”. Fue corresponsal de La Nación y La Prensa, vicepresidente del Círculo Regional de Prensa, dirigente de la Acción Católica y presidente del Partido Demócrata Cristiano local. En 1984, publicó Historia de Ituzaingó; en 1988, Giacomo Leopardi y en 1994, sus memorias. El Museo de Ituzaingó lo distinguió con el premio Santa Rosa 1996

“En 1932, el notable periodista Raúl Goyaud, representante en Ituzaingó de La Tribuna, publicó los antecedentes históricos de la localidad desde 1754, trabajo que ha servido y seguirá sirviendo mucho para el conocimiento de los sucesos…” (Agustin Camerucci, Historia de Ituzaingó, 1974).

En 1961, apareció la revista Dicho y Hecho del presbítero Daniel Tomás (1922), capellán scout, catedrático, periodista, escritor, y poeta con el primer premio de Necochea. En Udaondo y en Ituzaingó construyó tres capillas. El Museo de Ituzaingó lo distinguió con el premio Santa Rosa 1999.

En 1963, apareció AUPI en la Noticia, mensuario en formato grande del Dr. Raúl Bruno (1921-1988), abogado, comisario de la Policía Federal, director del COMFER, fundador del Colegio de Abogados de Morón. Contó con: Arnó Donapetry, Enrique Oliver y Rosa Veneziani. Lo sucedió Hugo Rodríguez Planes.

En 1965 apareció Conducta mensuario de Jorge Lema, sociólogo, docente e investigador de la Universidad de Morón, concejal en Ituzaingó y miembro del Partido Demócrata Cristiano.

En 1965 apareció Noticias Nuestras, mensuario tabloide, de María Emilia Corpas, bibliotecaria ad honorem del Centro Cultural Bernardino Rivadavia. En 1969 recibió el premio “Gallito de Morón” y en 1999 el Municipio la distinguió como modelo de vida.

En 1968 apareció El Chasqui del Dr. Celestino Jorge Lebrón (1903-1987) titular de la cátedra de cirugía de la Facultad de Medicina de la UBA. En 1969 fue distinguido en San Francisco, California, como miembro del Colegio de Cirujanos de EE.UU.

En 1969 apareció el semanario El Diario, de Jorge Gerendi (1937) quien trabajó en Telam, CID y Saporiti, en los diarios Crónica, Mayoría y Clarín, en las radios Continental y Argentina y en los canales de TV 7 (ATC) y 2 (América) y como economista en Clarín, La Nación, The New York Times y en Canal 14 de Cablevisión.

En 1970 apareció Ciudadano, mensuario tabloide, de Arnaud Donapetry (1919 -1982), cuyo primer director fue Vicente Cannata (1910-1999). Donapetry fue funcionario de Correos y Telecomunicaciones, Radio Nacional, Escuela de Locutores (ISER), director del CONART, miembro del GEI, del Instituto Sanmartiniano y AUPI.

En 1978 surgió Síntesis del Oeste, tabloide quincenal, de Carlos Walter Islas (n. 1935).

En 1978 apareció El Nacional y luego El Periódico, de Jorge Recouso (n. 1958).

En 1985 apareció Puerto Argentino, mensuario tabloide, de Daniel Ponzo (1957).

En el período 1912-1985 los siguientes periodistas locales trascendieron:

Máximo Aguirre, Fermín Arenas Luque, Ana Biró de Stern, Héctor Pedro Blomberg, Abel Carcagno, Leonardo Estarico, Manuel Farto, Miguel Hochmann, Alberto Suarez Hurtado, Jorge Lefort Peña, Juan José Luque, José Montero Lacasa (h), Juan José de Soiza Reilly, Carlos Sapetti.

En 1935, ante el cierre del cine local, Raúl Goyaud había publicado:

“… los comentarios amargos de los vecinos que se lamentan de ese triste final… es una demostración de las características de nuestro pueblo, que sistemáticamente niega su cooperación a las obras locales. Sin apoyo comercial ni municipal, el periodismo local no puede subsistir y nos debilitamos como sociedad.”

Esos pioneros del periodismo vivirán en el corazón del pueblo. Sus nombres serán siempre recordados en el Museo de Ituzaingó y en las escuelas, para que los alumnos los tomen como ejemplos de vida comunitaria.

Bibliografía

Ituzaingó, al Oeste de Buenos Aires. Goyaud, Rolando y Castillo, Ricardo. 1996.

Periódico ´El Orden´. Passarelli, Oscar. 1999.

El Misterio del Oratorio

por Rolando Goyaud

El oratorio a San Francisco Solano desapareció del predio del Fortín el Gallo más rápido de lo que se tardó en construirlo.
Pareció que con su ausencia su recuerdo pronto desaparecería de las mentes de los vecinos y que se olvidaría que siquiera existió, pero feligreses y memoriosos no olvidaron a su oratorio y a través de los años, en su lento pero incesante desfile por el Museo, preguntaban lo mismo: “¿A donde fueron a parar las cosas sagradas?”.
En 1968, en el predio fiscal del que fuera el tambo del pionero Ramón Centenario Goicochea, personal del Ejército y de la Aeronáutica construyeron el oratorio a San Francisco Solano, patrono del folclore.
También se entronizó un busto del santo Ceferino Namuncurá, se construyó un templete en forma de gruta y se mezcló tierra de Ituzaingó con la de su suelo natal Chimpoy, provincia de Río Negro, traída a caballo en caravana por una comitiva integrada por un indio pampa, el escritor Máximo Aguirre, el marchero Jorge Molina Salas, paisanos del círculo criollo “El Rodeo” y vecinos tradicionalistas de Ituzaingó. Se unieron a la columna el intendente de Morón, Coronel (R) Alberto Romero Oneto y Monseñor Juan Presas, Vicario General de la Diócesis de Morón, quienes inauguraron las instalaciones. Desde entonces, el oratorio fue centro de reunión de vecinos fieles devotos.
Pero en la época de la intervención militar, el Fortín El Gallo y sus instalaciones fueron desmantelados. Se demolieron, además, el oratorio a San Francisco Solano y el templete al santo Ceferino Namuncurá. En cambio, en el predio se instaló el Hipódromo de Trote.
Las construcciones que se salvaron, fueron reacondicionadas y adecuadas al empendimiento comercial que cambió la fisonomía del lugar, introdujo un público afecto a las apuestas a las carreras de caballos de trote y selló definitivamente la existencia de los centros religiosos y tradicionalistas, que habían contribuido a la preservación de nuestra identidad.
Facundo, el hijo del paisano Jorge Molina Salas, me informó que su padre rescató entre los escombros la imagen del santo Ceferino Namuncurá y la envió a su tierra natal en Río Negro, salvándola de una segura destrucción.
Pero el oratorio pasó a ser un recuerdo anecdótico, cuyas fotografías que certifican su existencia, fueron tomadas por la folclorista vecina Marta Escalante y que pueden consultarse en el Museo de Ituzaingó, en el Archivo Histórico del Partido de Ituzaingó.
Muchos de los antiguos vecinos de los barrios aledaños que asistían al oratorio, plantean su preocupación por el destino de los objetos del sagrario que atesoraba dos vasos dorados para la celebración de las misas, los íconos de la Virgen de Luján y del patrono San Francisco Solano, la cruz de madera, el altar, los dos largos y pesados bancos también de madera y los numerosos cuadros con imágenes religiosas que colgaban de las paredes.
Para el entorno social de los vecinos, el oratorio estaba integrado a la comunidad y era parte de sus vidas. Consideraban a los objetos sagrados propiedad de los barrios San Alberto y Villa Las Naciones.
El resurgimiento del tema podrá ser esclarecedor, por lo menos para saber que están resguardados.

Testimonios
Facundo Molina Salas
Luís Walpole
Amilcar Voelkein

Aventura en la torre de la Iglesia San Judas Tadeo

por Rolando Goyaud

Aunque la iglesia del pueblo Santa Rosa de Ituzaingó fue proyectada en 1872, recién en 1901 los vecinos solicitaron al obispo de La Plata construir una capilla. En 1916 en la casa de Guillermo Seré se formó una comisión pro capilla, mientras tanto el culto era impulsado por la vecina Juanita Consejero en el comedor de su casa, donde se daba misa. En 1935 se constituyó otra comisión presidida por el comerciante Julio Protto (padre), con el apoyo de Raquel Monasterio de Fresco y las señoras de Pastré, Parodi y Voelklein. El 30 de abril de 1935 comenzó la construcción y el 9 de julio se colocó la piedra fundamental. El proyecto original fue del ingeniero. José Quartino, pero la edificación estuvo a cargo de los arquitectos. Ángel Silva y Alfredo Coppola y el constructor Antonio Dori, quienes hicieron un templo diferente al aprobado, cuyo diseño puede observarse en Museo de Ituzaingó.
“Brumana, constructor de la empresa, hizo los cimientos de la iglesia, que quedó mucho tiempo sin paredes” (Testimonio de Cristóbal Viana).
“Habían terminado la torre de la iglesia San Judas Tadeo cuando el ‘Francés’ (Alberto Goyaud), ´Jettatore´ (Angel Ventura Bagnacedri) y yo nos decidimos. Con los nervios gastados, llegamos a la cúspide. El espectáculo era fabuloso… Veíamos hasta el Puente Márquez los techos de las casas de los vecinos. También el techo de chapa de cinc de la subcomisaría. Cuando vimos en el piso de la torre los cascotes que habían dejado los albañiles, no resistimos la tentación y le descargamos una andanada. El ruido fue infernal. Abajo el desconcierto, con agentes semi vestidos y algunos presos que habían abandonado la única celda estaban en la calle. Se les habían unido los vecinos que recorrían la manzana en bicicleta, buscando a los culpables. Después de la medianoche, a oscuras y con gran riesgo bajamos sigilosamente. Los potentes brazos del oficial ´Cartucho´ y del sargento ´Pocas Plumas´ nos cerraron el paso. Media hora después estábamos llenando el tanque de agua de la subcomisaría y así nos tuvieron toda la semana… ´Pocas Plumas´ era el apodo del Sargento Giovanni Di Feo, le venía de lejos, de cuando era ladrón de gallinas. A veces las vendía al mismo al que había robado. Al verlo las gallinas marchaban detrás, porque estaban más tiempo con él que con el dueño. Tantas veces estuvo preso que el comisario le propuso que ingresara a la policía. Durante muchos años fue autoridad en el pueblo. Repetía: Respete la autoridad, no se me desacate” (Testimonio de Mario Passano).
“Mi abuela Luisa Moral de Voelklein pronunciaba el discurso de inauguración de la Iglesia San Judas Tadeo, cuando el piso del palco cedió y todos cayeron parados. Ella no perdió la calma y como si nada ocurriera, siguió hablando desde el suelo. (…) Juanita Consejero vivía en una casilla en el lugar donde está la Escuela República del Paraguay”. (Amilcar Voelkelin).
“Juanita durmió en la cabina de proyección del Cine Petit Palace cuando fue capilla, luego pasó a una prefabricada en los fondos del templo”. (Santiago Firpo).
En 1962 falleció ciega en el Hospital de Geriatría Martín Rodríguez, conocido como ´La Colonia´.

Bibliografía
- Goyaud, R.; Castillo, Ricardo, Ituzaingó, al Oeste de Buenos Aires, 1996.
- Passano, Mario, ¿Por qué Ituzaingó?, 2003.

Rolando Goyaud en 'Yo no sé qué me han hecho tus ojos'

Sergio Wolf entrevista a Rolando Goyaud en su película Yo no sé qué me han hecho tus ojos (Lorena Muñoz & Sergio Wolf, 2003), sobre la vida de la cantante Ada Falcón. En este fragmento, buscan la casa natal de Ada Falcón en la ciudad de Ituzaingó.


Delincuentes célebres en Ituzaingó

por Rolando Goyaud

En 1930, a los 21 años de edad, Ágata Galiffi se asoció a la mafia siciliana de Rosario, participó en la fabricación de papel moneda falsa e intervino en la construcción de un túnel de noventa metros de largo, para robar el Banco de Tucumán.

Los vecinos de Ituzaingó Jorge Leonardo, Eduardo Espíndola, Héctor Luis Roldán Vergés y Ángel Eduardo Maniega, confirmaron que el rancho de Ágata Galiffi, hija del pistolero Juan Galiffi conocido como Chicho Grande, estaba en De la Tradición y De las Cabañas, en tierras de la Cabaña Tuyú, en Villa Udaondo, y que desde 1930 la Galiffi organizaba bailes en el rancho, a los que asistían su padre Chicho Grande y Alí Ben Amar de Sharpe, conocido como Chicho Chico. Ambos lideraron la mafia argentina originada en Rosario, la que atacaba a agricultores entre los que produjo muchas muertes. La vecina Leonor Leonardo (1924) conoció a Ágata Galiffi y alcanzó a ir a los bailes en el rancho, acompañada por Angulina, Justo y Eulogio Leonardo.

En 1936, en un ajuste de cuentas, Chicho Grande ordenó asesinar a Chicho Chico. Recién en 1938 la policía obtuvo de uno de sus asesinos, el pistolero José Muratore, la información de que sus restos fueron enterrados en Ituzaingó, en el monte duraznos de la quinta de Marcial Salomón, sobre Gaona, próxima a la quinta de Mihanovich, que había alquilado a Chicho Grande para la instalación de un criadero de cerdos.

Una comisión policial presidida por un juez llegó al lugar, donde advirtieron que una pared de una vieja casa tenía un agujero de unos veinticinco centímetros de diámetro, utilizado por los delincuentes para disparar sus armas contra la policía. El asesino esposado trataba de desviar la atención del sitio exacto, pero el juez le dijo: “No te hagás el vivo, decí la verdad, ¿dónde está?”. Le pidió al vecino Ángel Eduardo Maniega, en ese época operario del corralón municipal, que cavase un pozo al pie de un ciruelo. Al rato el pico se enganchó con un alambre de fardo, enseguida apareció un zapato con cordones y taco militar y luego el cuerpo del mafioso envuelto en una bolsa de arpillera y con el cable que usaron para ahorcarlo. Presenció la excavación el Dr. Juan Carlos Roldán Vergés, también de Ituzaingó, quien fue médico forense de la Policía Federal.

Agata Galiffi fue condenada en Tucumán. Como no había cárcel para mujeres permaneció siete años en un establecimiento para enfermos mentales, encerrada en una jaula de alambre.

Las vidas de los mafiosos fueron recreadas en la película La Mafia (Leopoldo Torre Nilsson, 1968) con Alfredo Alcón (Chicho Chico), José Slavin (Chicho Grande) y Thelma Biral (Agata Galiffi). Un libro de Esther Goris, editado por Sudamericana, testimonia la vida de la mujer.

Testimonios

“En el boliche de Pascua, cerca del taller mecánico de Victor Ghislieri y de la farmacia San Judas Tadeo, Chicho Chico, mató a balazos a un sargento y a un agente de policía… En Bransen y Thorne, a doscientos metros de la fábrica de polvo de ladrillos de Rapino, Reynoso y el lungo Alessandria, Chicho Grande hizo asesinar a Chicho Chico. Lo enteraron en el monte de duraznos de Salomón”. (José Gosalbo).

“Mi hermano Juan Carlos, médico forense, vió cómo la policía desenterró a Chicho Chico. Los restos estaban en una bolsa de arpillera”. (Héctor Luís Roldán Vergés).

“Como miembro de la banda, Agata Galiffi cumplió una condena”. (Horacio Alberti).

“Mi abuelo, Marcial Salomón, alquiló a Chicho Grande un campo sobre Gaona para criadero de cerdos. Él iba a cobrar la mensualidad y decía que era gente muy amable... El cadáver estaba enterrado al pie de un ciruelo”. (Genaro Andrés Salomón).

“Enseguida me di cuenta que era la tumba, porque la tierra removida tiene otro color”. (Ángel Eduardo Maniega).

Fotografía: Juan Galiffi, alias Chicho Grande.